Desde hace varios años que me interesé en conocer la historia del lugar que me vio crecer, Pichilemu. Nuestra comuna se configuró con los años como un lugar interesante, intrigante. Pero no había nada ni nadie que realmente estuviera interesado en difundir el legado de Pichilemu, en línea, y con real ahínco. Esto era algo en lo que yo podía aportar: contribuir en resguardar la historia de nuestro queridísimo terruño.
Con mis conocimientos informáticos, decidí comenzar por mi cuenta (y con algunos ahorros que disponía) un nuevo proyecto, el 30 de abril de 2013, que denominé \»Memoria Pichilemina\», inspirado por el sitio web \»Memoria Chilena\», de la DIBAM, que promueve la difusión de la historia y cultura de nuestro país. Aproveché, también, el poder de difusión de las redes sociales para fortalecer los pasos iniciales que daría a continuación.
Algunos recortes periodísticos, transcripciones de libros, fueron los artículos que comenzaron a integrar el inventario de información de Memoria Pichilemina. La respuesta fue gratamente satisfactoria. Personalmente, recién en julio me atreví a comenzar a publicar mis propios artículos, que con la ayuda de Félix Calderón Vargas (con quien tengo una deuda de gratitud), editor del periódico El Expreso de la Costa, pude difundir también en aquel medio escrito.
Con los meses, Memoria Pichilemina se consolidó como una verdadera fuente de información de la historia de Pichilemu, y también de algunos otros rincones que alguna vez abarcó la provincia de Colchagua. La historia nos describe, la historia nos define, la historia nos cuenta quienes somos, de donde venimos, e incluso hacia dónde vamos. Su importancia es vital. Memoria Pichilemina ha concebido eso como su principal objetivo, y sus seguidores así lo han entendido.
También ha servido como medio de difusión de demandas ciudadanas, como #NoMasPuntillazos, y de diversos acontecimientos noticiosos. Memoria Pichilemina debe ser también un instrumento para nuestro futuro. Un mensajero respetuoso del quehacer ciudadano y político. Hoy y mañana.
Por todo esto, me siento contento, pues Memoria Pichilemina ha cumplido el objetivo que le planteé, y lo seguirá cumpliendo. La cultura debe ocupar un lugar importante de nuestro diario vivir. Y para esto, nuestro esfuerzo debe ser mancomunado para preservar nuestra identidad: las colaboraciones, sugerencias, aportes son y serán siempre bienvenidos.
Memoria Pichilemina buscará siempre el bien para nuestra comunidad. Es un compromiso. Memoria Pichilemina cumplió su primer año, y seguirá cumpliendo muchos más, gracias a su apoyo. Gracias de corazón.