En días recientes, hemos sido testigos de cómo el alcalde de la comuna de Pichilemu, Roberto Córdova Carreño, desmesuradamente, se ha mostrado desesperado ante la publicación de diversos gastos realizados por la Municipalidad, a través de sucesivos artículos.
Córdova, notoriamente incómodo con la información entregada, ha manifestado a través de redes sociales y en ceremonias públicas, que estas publicaciones se han hecho de forma maliciosa, llegando al punto de descalificar la labor que realiza éste y otros medios, que cobardemente nunca menciona directamente.
Al igual que Córdova, funcionarios leales a la citada autoridad acusan una cacería de brujas contra la actual administración municipal, diciendo entre otras cosas que hay mala intención al destacarse sólo lo \»malo\» por sobre lo \»bueno\».
Las Municipalidades son las entidades encargadas de la administración del territorio comunal. En ese sentido, los alcaldes tienen la misión de brindar soluciones a las diversas problemáticas que surgen en las comunidades locales.
Desde su establecimiento, en 1894, la Municipalidad de Pichilemu ha sido gobernada por personajes de distinta índole, algunos con más acierto que otros, pero probablemente todos con la clara intención de luchar por el progreso de la comuna.
No dudamos que el señor Córdova tenga esas intenciones. Sin embargo, tal como ya mencionábamos, no todo es como se quisiera o debería.
La controversia de los 47 millones, por ejemplo, es uno de los puntos más oscuros de la administración Córdova, y ningún medio se abstuvo de publicar sobre el tema… las investigaciones todavía están en curso, y hay al menos dos funcionarios municipales implicados.
En contraste, cuando se han hecho obras de relevancia, por ser notas de interés general también las hemos publicado. Prueba de ello son las más de 240 noticias que se han publicado con la etiqueta \»Roberto Córdova Carreño\», y que se pueden revisar aquí.
¿Por qué ahora la obstinación de Córdova y adherentes con que este y otros medios buscan perjudicarlo?
El 23 de octubre, fecha de las elecciones municipales, se acerca a pasos agigantados, y puede entenderse que esa es la razón principal del miedo cordovista.
Córdova sabe que no puede estar seguro de ser electo, pero tampoco puede culpar a los medios que se dedican a informar de los hechos que suceden a nuestro alrededor, de hacerle daño \»injusto\».
Toda persona tiene derecho al acceso a la información. Este derecho garantiza la libertad de pensamiento, y permite el control ciudadano de la gestión pública.
Nuestros lectores y los electores decidirán si lo está haciendo bien o mal. Nosotros, sólo nos encargamos de difundir notas de interés que permita a la comunidad tomar una decisión informada.
No lo tome personal, señor Córdova, nadie lo está persiguiendo. Es sólo usted y sus miedos…