Los incendios forestales de Pumanque, Santa Cruz y Paredones han afectado más de veinte mil hectáreas, destruyendo todo a su paso con una enorme violencia.
Consideremos que en los últimos cinco años, previo a los siniestros de Colchagua y Cardenal Caro, se habían incendiado unas 35 mil hectáreas. Y esta semana, se ha consumido más de un 50% adicional.
El territorio afectado es tan importante que podría equipararse a las principales comunas del Gran Valparaíso, o la mayoría de las comunas centrales de Santiago.
Sin duda que el daño a la flora y fauna, así como la mala calidad del aire provocada por el humo, ha dejado consecuencias manifiestas no sólo para Pumanque y las comunas cercanas.
Además, el arduo y sacrificado trabajo realizado por Bomberos de toda la región, y brigadistas de Conaf, no ha sido suficiente para paliar la emergencia.
Por lo expuesto es totalmente necesario que el Gobierno decrete estado de catástrofe en estas provincias, para que se destinen todos los esfuerzos necesarios en la extinción de los siniestros y posterior recuperación de los entornos y pérdidas materiales.